Se levantó temprano y, como de costumbre, después del desayuno, llevó en el auto a su hijo Facundo al colegio. Pero la rutina estaba a punto de cambiar. En lugar de dirigirse a la Casa de Gobierno, Ignacio Golobisky regresó a su casa en Yerba Buena, donde lo esperaba su esposa, María José Fernández Pascual, para ir juntos a la sede del Concejo Deliberante de la capital.
Dejó el auto en el garaje y entró al edificio por calle San Martín, que es la misma entrada que utilizan los concejales. Subió a la oficina del secretario del cuerpo, Néstor Varela, tal como habían acordado previamente por teléfono. El funcionario le explicó cómo iba a ser el desarrollo de la sesión y en qué momento llegaría su turno para jurar como concejal en reemplazo de Hugo Cabral (renunció a la banca para asumir como ombudsman).
Todavía faltaban unos minutos para el inicio de la sesión, entonces Golobisky se acercó a la oficina de la presidencia, donde estaban los ediles oficialistas. Tras los saludos y una breve conversación, con algunas bromas, llegó el momento de bajar al recinto de sesiones. Casi no había público en las butacas, pero en la primera fila esperaba su esposa. El funcionario alperovichista se sentó a su lado y aguardó el llamado correspondiente.
Juramento propio
Al abrirse la sesión, el edil oficialista José Franco pidió postergar el período de manifestaciones generales. Su intención era evitar que los opositores cargaran críticas contra Golobisky, con él en el recinto. De inmediato, el cuerpo avaló la renuncia de Cabral y aprobó la incorporación del nuevo concejal. Golobisky subió al estrado de la presidencia y prestó el juramento de rigor, pero con un condimento especial: "Por Dios, la Patria, los Santos Evangelios y por los héroes de la Resistencia Peronista", en referencia al grupo que luchó por el regreso de Juan Domingo Perón al poder, luego de que fuera derrocado en 1955.
Tras los aplausos, el flamante concejal se sentó en la banca que habitualmente utiliza José Miranda (PJ), que no asistió a la sesión. Tampoco estuvieron Raúl Pellegrini ni Oscar RamónCano (dirigente mercantil).
Desde la banca, Golobisky pidió que se leyera su pedido de licencia. De inmediato, el opositor José Costanzo (Partido Autónomo) aprovechó la ocasión para dejar sentada su crítica postura.
"Con todo el respeto que me merece el señor Golobisky, esta no es la manera. Expreso mi rechazo enérgico a la actitud del concejal recién asumido. Así se lesionan las instituciones", afirmó el opositor, en relación al pedido de licencia.
"Acá hay que defender la democracia, día a día hay que crear los héroes y los mártires de la democracia y con estas actitudes no la vamos a defender", insistió.
Los oficialistas pretendían frenar la discusión. "Están haciendo política", vociferó Juan Carlos Mamaní (PJ). Eloy del Pino habló de críticas de índole electoral y atribuyó la actitud de Costanzo a que buscaba tener prensa.
La esposa de Golobisky, en el palco del público, parecía seguir con serenidad la discusión.
El presidente del cuerpo, Ramón Cano (PJ), ordenó que se votara el pedido de licencia. A su turno, el radical José Luis Avignone anunció que votaba a favor de la licencia, pero ironizó que el breve paso de Golobisky podría registrarse en el libro de los récord Guinness.
A su vez, Esteban Dumit (PJ) resaltó que es lógico que pida licencia. "Te felicito por esta decisión -señaló mirando a Golobisky-, y no permitas nunca que las voces con tinte electoral medien en tu actitud y trabajo".
Golobisky, por su parte, hizo alusión al bussista Claudio Viña y al pasado de Costanzo en las filas de la FR. "En función de la emblemática fecha del 24 de marzo, a 35 años del último golpe cívico militar, quiero celebrar el cambio de actitudes de aquellos que provienen de partidos que reivindicaron el terrorismo de Estado, fundado por genocidas, que fueron condenados por la Justicia, y hoy defienden tan tenazmente las instituciones de la República", remarcó.
Además, pidió permiso para abstenerse de tener que votar a su favor por la licencia presentada. Al final, por orden alfabético, llegó el turno de Viña, que utilizó la ironía. "Siempre me gustó y he participado en el proyecto ?Concejal por un día?, pero no había participado nunca en el de ?Concejal por 10 minutos?. Lo saludable hubiera sido la renuncia a la banca, si es que ese proyecto al que se hace mención es serio y duradero. Porque acá se está pensando que se busca condicionar a otros que, si no cumplen con las expectativas internas, (saldrán del Concejo si) el funcionario recupera la banca. Por eso mi voto es en contra", resaltó.
El pedido de licencia fue aprobado por 12 votos (11 oficialistas presentes más el radical Avignone). Costanzo y Viña votaron en contra. Y hubo una abstención del solicitante. De esa manera, Golobisky fue concejal de la capital por 29 minutos exactos, entre su jura en el cargo y su retiro con permiso de licencia.
A las 10.30, el funcionario salió del recinto, hizo declaraciones periodísticas, retiró el auto del garaje y llevó a su esposa a la Casa Histórica, donde ella trabaja. Dejó el auto en la cochera frente al templo de Santo Domingo y se dirigió a la oficina de la Secretaría de Prensa y Difusión en la Casa de Gobierno, donde seguirá cumpliendo funciones.
Mientras tanto, la sesión continuó hasta las 12.30 con proyectos referidos a autorizaciones para obras de pavimento y de cordón cuneta.